Nada que ver con la Semana Santa, por supuesto, pero la pasada ha sido una semana de pasión y de no parar de la Ceca a la Meca...
El lunes, como todos los días post-pádel, el cuerpo sólo me pedía ibuprofeno y relax, así que me aparté de todo y me limité a pasear mi estupenda lumbalgia de casa a la oficina y de la oficina a casa, mirando de reojo las zapatillas de running.
Martes, las cosas en la ofi no parece que vayan a mejorar en el corto, así que los trotes y salidas con la bici hacen que la presión disminuya, o por lo menos se olvide durante el tiempo que dura el esfuerzo. Lo programado es run, así que, una sesión que estaba prevista larga y lenta desde el comienzo, se convirtió en algo más acelerado, con el encuentro por la pista de Agustín, que me relató sus hazañas en el Raid de Toledo, como el muchacho estaba tan emocionado, no se dio cuenta (espero) que mi ritmo era más lento que el que me estaba marcando, yo como chico educado frente a colegio de pago, apreté para no desagradar, aún a sabiendas de que iría en detrimento de mi larga y lenta tirada, al final la cosa se tradujo en 47' a ritmo de 05:57 (track), con tramos rápidos, eso si, en "inmejorable" compañía.
Miércoles, cumpleaños de mi hijo, ergo, descanso activo, tarta aquí, chuche allí, castillo hinchable y cervecita de agasajo a padres de niños invitados.
Jueves. extraño día por la mañana. Por la tarde preparada ya con tiempo una salida con Miguel V. en bicicleta. Yo me lo tomaba como la prueba de fuego para saber si aguantaría o no, algo un poco más largo que el primer paseo de la semana anterior, así que en el comienzo de la senda nos citamos. Los primeros km, en llano aprovechando para entender un poco más el cambio de la bici y algún que otro truquejo que la gente que se mete buenas "tupas" conoce. Llegado el final de la vereda del río, cogimos camino pegado a la vía del AVE, dirección Polígono. Sube y baja por montículos de corta distancia y amplio desnivel, sobre tierra con chorreros de la lluvia. Al llegar al último puente sobre la vía, parada para beber (todavía no se sacar el bidón el marcha, lo confieso) y vuelta sobre lo andado a la llegada a la senda, cogimos el puente que lleva hasta el barrio de Azucaica y tras una vuelta por allí regresamos. El resumen sería 30 km en unas dos horas, a una velocidad de 17km/h. Lo mejor que tuvo, que el pulso no subió prácticamente y como no, por supuesto la compañía de Miguel, que estuvo magistral en el acompañamiento y tirando un poco de mi, cuando no engranaba el piñón correcto o me asustaba en las bajadas por falta de freno, en definitiva, una gran salida, solo empañada por el dolor posterior de coxis, que espero vaya remitiendo con las prácticas venideras.
El viernes, aprovechando que mi hijo estaba de cumpleaños cerca del lineal del Polígono, salí a probar las piernas, para descubrir que a pesar de estar un poco cargado, la cosa no iba mal.(track) 35' a 05:44.
Si el Sábado no hubiera salido con la bici, no sería yo..., por cabezón digo. Antes del paseo, visita relámpago al Decathlon, a por cámara, parche y bombín, que como bien me hizo saber Miguel es un poco arriesgado ir "a pelo". Salida sólo, con la intención de hacer más o menos una hora, pero a una velocidad constante, de más o menos unos 20 kmh. Cogí la ruta que ya conocía, que en esto de la orientación no soy yo el más grande (track) y no es cuestión de arriesgar, que una cosas es llevar útiles para cambiar una rueda y otra muy distinta cambiarla. Bien, esa puede ser la conclusión, a fe de ser sincero, con el coxis dolorido, pero bien, sin dolores articulares, que me parece importante.
Todo este deporte tendrá su beneficio, estoy seguro, pero lo que si que tiene es que me abre el apetito de forma voraz, cosa que no me apetece.
Domingo de descanso, que mejor sitio que Pozuela, viendo la vida pasar en la maravillosa terraza de verano, con un café con leche en vaso.
Esta entrada ha salido un poco larga, se que a Guillermo le gustará, lo que ya no se, es si le gustará a Rafa, que cree que últimamente este blog está perdiendo sentimientos. No lo se, mañana espero que lo hablemos mientras corremos, aunque se saldrá por la tangente.